S.S. el Gyalwang Drukpa – Autobiografía

SS el Gyalwang Drukpa - AutobiografíaMi padre, Zhichen Bairochana, es un maestro dzogchen. Hoy en día, la gente generalmente lo llama Bairo Rinpoche. Mi madre, Kelsang Yudrön, habitualmente conocida como Mayum-La, es de Lhodrak al sur del Tíbet. Se encontraron allí por primera vez cuando mi madre tenía diecinueve años, y se encontraron de nuevo en un lugar sagrado de Guru Padmasambhava conocido como Beyul (Valle Secreto) en la frontera del Tíbet y Bután tres años más tarde.

Nací en el lugar sagrado de Gurú Padmasambhava conocido como Tso Pema, en Rewalsar, Himachal Pradesh, cuando mis padres estaban en peregrinación por la India. El nacimiento tuvo lugar durante una importante ceremonia de danzas de lamas y un festival sagrado de ganachakra que celebraba el aniversario de Gurú Padmasambhava y que dirigía Su Santidad el anterior Dujom Yeshe Dorje, que fue un maestro de esta era realizado y reconocido. Es una lástima que mi memoria no pueda ir hacia atrás hasta el momento de mi nacimiento. De acuerdo con las historias que reuní de otros, fue uno de esos raros, magníficos e inolvidables días preciosos que solo se pueden esperar de vez en cuando. La mayor parte de los grandes maestros realizados de dzogchen que acababan de huir del Tíbet hacía poco estaban presentes en ese momento, celebrando el aniversario de Gurú Padmasambhava con danzas sagradas, junto con bailes culturales de jóvenes, chicos y chicas, vestidos con todo tipo de vestidos abigarrados. Acompañaban la gran fiesta o ganachakra miles de fieles y peregrinos de toda la región del Himalaya. Estoy orgulloso de haber nacido ese día en particular, y en ese lugar especial, con el sublime apoyo de mis amados padres. Mi nombre, Jigme Padma Wangchen, me fue dado por el santo maestro Dujom Yeshe Dordje con sus tradicionales felicitaciones y bendiciones divinas. Desde entonces, estoy siempre bendecido y totalmente protegido por él y Gurú Padmasambhava.

A la edad de cuatro años, fui llevado a Darjeeling, donde está mi principal monasterio, como la reencarnación del XIº Gyalwang Drukpa. Se decía que había podido reconocer a algunos asistentes que habían servido al XIº Drukpa tan pronto como vinieron a visitarme. No puedo recordar esas cosas. Sin embargo, recuerdo haber dicho a mis padres dos días antes de que el anterior Thuksey Rinpoche viniera a vernos, que «un hombre con barba blanca vendría pronto a buscarme». Realmente no sé por qué, pero también recuerdo que estaba muy contento de ser considerado una reencarnación por el anterior Thuksey Rinpoche. Algunos dijeron en broma que era porque yo había sido el padre biológico del anterior Thuksey Rinpoche, y en consecuencia estaba obviamente feliz de estar de nuevo con mi hijo, ya que Thuksey Rinpoche era el hijo único del Xº Gyalwang Drukpa. Cualquiera que fuera la razón, realmente me sentía como en casa cuando estaba con Thuksey Rinpoche, quien fue mi primer maestro espiritual profundo, y también un apoyo emocional. Realmente no me preocupa lo que me hizo sentir así. Es el pasado y lo que tengo que considerar es el futuro y el presente, si puedo practicar, o no,  como este maestro deseaba que lo hiciera. Sin embargo, creo que hubiera sido más fácil para mis padres y para mí, como niño pequeño, crecer de una manera normal.

 

SS el Gyalwang Drukpa - Autobiografía

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Sea como fuere, desde la temprana edad de seis años me pusieron en el programa de estudio de todos los rituales tradicionales, así como a memorizar los volúmenes de las enseñanzas espirituales budistas, entre otras. La mayoría de mis estudios tradicionales y memorización terminó a la edad de 13 años. El período más difícil de mi vida había pasado. Tuve una educación muy ardua entre los 5 y los13 años. La forma tradicional de educar a un niño no es nada fácil. De hecho, es una senda difícil por la que hay que abrirse paso, pero me alegro de haberlo hecho, pues he constatado que me produjo un impacto duradero y una seguridad que me ha hecho apreciar completamente feliz el resto de mi vida. No es como muchos de esos niños modernos que son criados como príncipes o princesas y pasan el resto de sus vidas como mendigos pidiendo comodidad y felicidad, que sufren día y noche por una inmensa insatisfacción. Lo que aprendí y memoricé en aquel período de tiempo no cuenta mucho, pero la experiencia de los tiempos difíciles que pasé me es de gran ayuda ahora. Realmente siento que fue un método que era muy necesario. No es de extrañar que mis padres ignoraran mis llamadas de socorro para que pidieran a aquellos maestros que me trataran afablemente. Siempre tenía el sentimiento de que no tenía a nadie a quien pedir ayuda, ni siquiera a mis padres, quienes, me di cuenta más tarde, confiaron inmensamente en el desarrollo de mi propia fuerza.

SS el Gyalwang Drukpa - AutobiografíaTenía un gran interés en aprender los comentarios de la filosofía de la tradición budista tanto como de las demás. Gracias a nuestro karma, tuvimos un gran abad conocido como Noryang del monasterio de Zigar al este del Tíbet, que tenía un conocimiento infinito de todo lo que es posible conocer en este universo. Era realmente un gran diccionario del universo entero. Si sabías  cómo hacer una pregunta, él siempre tenía la respuesta correcta, no solo sobre las cosas religiosas y espirituales, sino también sobre conocimientos generales, como política, economía, ciencia y deportes, si se le preguntaba. A diferencia de la mayoría de nosotros, no tenía ningún tipo de orgullo. Siempre fue un gran ejemplo de humanidad. Su entrega única y su humildad, combinadas con todo su conocimiento, era realmente magnífico.

Le solicité por medio de mis padres que fuera mi tutor, pero él no quería el nombre de «tutor» ni estatus de ningún tipo. Sin embargo, aceptó la solicitud de enseñarme todo lo que fuera apropiado, y sólo si lo deseaba. Así que tuve la oportunidad de oro para estudiar todo el conocimiento exterior, interior, así como secreto, de la filosofía del universo con él durante casi ocho años. Sin embargo, lo que lamento bastante, debido a mi propia ignorancia e impetuosidad, así como a la pereza habitual de los adolescentes, no aproveché esta oportunidad de oro tanto como hubiera podido, aunque en verdad me siento muy afortunado de haber tenido en su presencia una visión del karma justo antes de que muriera a la edad de 73 años. Después de su parinirvana, me di cuenta de que todavía tenía mucho más que aprender y de hecho más o menos tuve una especie de realización de que el proceso de estudio en este mundo no debía terminar nunca hasta lograr el gran despertar.

SS el Gyalwang Drukpa - AutobiografíaAntes de cumplir mis nueve años dorados, me había acercado humildemente a Su Santidad el Dalai Lama varias veces y discutido con él el curso de mi educación futura. Después de una larga discusión sobre quién debería continuar la gran transmisión de la verdad universal con total humildad y sin contaminación del ego, y especialmente sin los prejuicios sectarios entre las diferentes escuelas, Su Santidad muy amablemente señaló a un gran maestro ñingma conocido como Ontrul Rinpoche. Dijo que no había maestro como él en ninguna de las órdenes o escuelas de toda la tradición del budismo tibetano: era alguien que tenía un conocimiento completo de la filosofía universal y no tenía ningún concepto sectario. Además, era obvio que no era tan fácil entrar en contacto con él, pues hasta entonces ninguna escuela, institución o individuo había logrado tenerlo como maestro. Su Santidad me dijo que yo sería el más afortunado si aceptaba mi petición. Decidimos apelar a este maestro, y Su Santidad dijo que apoyaría la idea de que fuera mi maestro. Además, supe que este maestro provenía de la misma escuela y del mismo monasterio que mi padre. Con una recomendación de mi padre, le envié una carta de solicitud con gran esperanza y temor. Después de un mes de esperar ansiosamente su respuesta, llegó una carta de este maestro considerablemente larga y feliz con muchas buenas noticias, decía que estaba esperando a un discípulo anunciado o profetizado, identificado por su Gurú en 1930. Su Gurú le había dicho que hacia el final de su vida tendría la oportunidad de ser beneficioso para un ser encarnado y que no debería dejar pasar esta oportunidad cuando llegara. Mi búsqueda de un maestro le hizo pensar que era hora de que me ayudara a cumplir la profecía de su Gurú. Leer esta carta fue el momento más gozoso que he experimentado en mi vida.

Desde ese momento fue a la vez mi amado y respetado maestro, aunque todavía no lo había conocido personalmente. Al cabo de aproximadamente un año, y durante más de nueve, empecé a recibir de él enseñanzas y consejos sobre varios tipos de temas. Para mí fue el «ojo» correcto, no sólo en temas religiosos y espirituales, sino también en la vida cotidiana. Aunque tenía un fuerte deseo de pasar el resto de mi vida con él, aprendiendo las cosas interminables del recipiente que llamamos universo, y sirviéndole, se dice que «El demonio estará muy activo donde  dios esté». Así, tuve que interrumpir el placer de estar con él, y por el contrario, deambular por el mundo haciendo mi llamado «deber». Siempre  estuve pensando en interrumpir estas otras actividades tan pronto como cumpliera ciertos aspectos de servicio al linaje y a la gente de mi linaje, y así tener a este precioso maestro de manera continua durante el resto de su vida o de la mía. Sin embargo, como todos sabemos, estos tesoros siempre han de ser apreciados cuando todavía son accesibles. Nunca se recomienda dejarlos pasar, aun a riesgo de la propia vida. Ciertamente, la buena suerte de estar con él y de buscar las bendiciones infinitas de su presencia y de sus enseñanzas, nunca volvió a mí. Estoy seguro que él no quedó totalmente satisfecho con el tiempo y el esfuerzo que dediqué a sus enseñanzas. Por eso, estoy muy triste y nunca me libraré de ello. La única manera de remediarlo es lograr el gran despertar en esta vida a través de la contemplación de sus palabras y del ejemplo que generosamente me dio. Trabajo muy duro en seguir lo que él me mostró realmente como camino de vida. Nunca olvidaré la infinita bondad y el conocimiento sublime que me confirió en aquellos maravillosos días en que estuvimos juntos pasando un tiempo fructífero cada día del mes y cada hora del día. Este maestro fue un gran maestro, no  solo cuando me impartía enseñanzas orales, sino también cuando cada movimiento de su cuerpo y todas las conversaciones, incluyendo las bromas y los cuentos mundanos, cualquier cosa que saliera de su boca, tenía un efecto tremendo en mi mente para mejorar y ser compasivo.  Además, la cantidad de alegría que se puede experimentar con tan solo verlo, es un recipiente inconmensurable y profundo, la verdadera influencia de su propia bondad realizada y de su amor infinito.

Mientras aprendía de él, nunca soñaba con él, pensaba que esto significaba que él era inseparable de mi corazón y de mi práctica. Sin embargo, un día por la mañana muy temprano, sin estar el presente físicamente, lo vi venir hacia mí en un jardín que solíamos visitar juntos mientras hablábamos de Dharma. Él tenía mucha prisa y me dijo que se le hacía tarde para cumplir con su siguiente compromiso y que había venido solo para despedirse de mí. Fue de hecho un sueño muy emotivo y muy corto. Al cabo de una semana aproximadamente, recibí noticias de su parinirvana. Me di cuenta que fue el primer y último sueño en que él aparecía. Fue exclusivamente para darme el adiós final. Me dejó solo en este planeta solitario y terrible, antes de siquiera aprender a caminar apropiadamente. Ahora sé que todos necesitamos tomar nuestra propia libertad para dirigir nuestra vida, pero fue muy poco el tiempo que mi karma me concedió para estar con él. Realmente me arrepiento de no haber sido lo suficientemente inteligente para renunciar a todo y aferrarme a la única oportunidad de servirle que jamás se me haya dado en mis miles de vidas pasadas, presente y futuras. A pesar de todo, entiendo que, cuando los maestros son abandonados durante un periodo de tiempo y no hay mucha interacción espiritual con sus estudiantes, ellos tiendan a dejar de desear vivir más tiempo en este mundo, y lleven sus actividades a otro mundo para beneficiar a sus seres. Todavía espero con confianza que haya entendido que mi karma no me permitió cumplir el compromiso que tenía con él y que no fue porque no estuviese interesado en el camino espiritual.

Además, vale la pena decir que a pesar de que tuve una gran cantidad de maestros de diferentes escuelas de la tradición budista tibetana, que fueron igualmente bondadosos y apreciados por mí, el anterior Ontrul Rinpoche fue el que hizo de mí una verdadera persona. Podría decir que él fue mi maestro fundamental, porque debido a sus enseñanzas y estímulos, pude apreciar la esencia básica de todos los maestros. No he tenido ningún pensamiento negativo sobre esos maestros desde que él abrió mis ojos espirituales. No he tenido ninguna duda en mis prácticas espirituales desde que él me dio la antorcha hábil con la cuál trabajar. Debido a su ejemplo espontáneo, comencé a comprender quién era yo, tanto en el nivel mundano como en el espiritual. Me di cuenta de cuánto significaron los maestros para mí a través de la simplicidad de su vida cotidiana. Todas las realizaciones que son posibles en mi práctica están basadas en su bondad. Ahora que él ya no está aquí en su apariencia física, todo depende de mi diligencia y de mi disciplina interna.

Por el momento, esto es todo acerca de mi biografía. Escribí estos apuntes según vinieron a mi mente. Puede que sea una versión desmejorada de mi biografía, que  algunos de vosotros visteis en Internet. Además, no estoy interesado en elucubrar sobre mi vida emocional cotidiana, ni sobre mis actividades de lo que se llama Dharma, porque eso es muy relativo y poco interesante, para siquiera pensarlo, por lo menos para mí. Buenos días y buenas noches a todos.